Murakami, Haruki: AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL

Año publicación: 1992.

Ed. MaxiTusquets, 272 págs.

Sobre el autor: Haruki Murakami (Kioto, 1948)

Un título rimbombante el de esta novela que, como en Tokio Blues (mismo autor, 1987), está inspirado en una canción, en esta ocasión, South of the border,  de Nat King Cole.

Para las analogías entre ambas, os emplazo a las que apunta el club de lectura de Berriozar.

Entre acordes de jazz, como música de fondo, la novela relata en primera persona las frustraciones emocionales de su protagonista Haruki. Su gran amistad de la infancia y aquel deseo insatisfecho de la juventud, se cruzan en su vida de empresario de éxito y de padre de familia feliz. 

Un canto al vacío y a la búsqueda permanente de emoción y sentimiento, marginado en la sociedad de las prisas y del yo dominante. ¿Es esto el individualismo vital siglo XXI o es sólo la crisis de Haruki? 

Transcribo un fragmento que me pareció significativo por esa introspectiva búsqueda del yo:

“Durante toda mi vida, he tenido la impresión de que podía convertirme en una persona distinta. De que, yéndome a otro lugar y empezando una nueva vida, iba a convertirme en otro hombre. He repetido una vez tras otra la misma operación. Para mí representaba, en un sentido, madurar y, en otro sentido, reinventarme a mí mismo. De algún modo, convirtiéndome en otra persona quería liberarme de algo implícito en el que yo había sido hasta entonces. Lo buscaba de verdad, seriamente, y creía que, si me esforzaba, podría conseguirlo algún día. Pero, al final, eso no me conducía a ninguna parte. Por más lejos que fuera, seguía siendo yo. Por más que me alejara, mis carencias seguían siendo las mismas. Por más que el decorado cambiase, por más que el eco de la voz de la gente fuese distinto, yo seguía siendo el mismo ser incompleto. Dentro de mí se hallaban las mismas carencias fatales, y esas carencias me producían un hambre y una sed violentas. Esa hambre y esa sed me han torturado siempre, tal vez sigan torturándome a partir de ahora. En cierto sentido, esas carencias, en sí mismas, son lo que yo soy. Pero sé una cosa. Ahora, por ti, quiero convertirme en un nuevo ser. Tal vez lo logre. Aunque no sea fácil, tal vez, esforzándome, consiga un nuevo yo. A decir verdad, si volviera a ocurrir lo mismo, tal vez actuara igual. No puedo prometerte nada. A eso me refiero cuando hablo de tener derecho. No consigo estar seguro de vencer esa fuerza”

 

MIS NOTAS:


-  Pocos datos suyos:

·      Hajime (que significa “principio”)

·      Padre, trabajo en importante compañía de valores.

·      Madre, ama de casa.

.      Naturaleza enfermiza hasta los 16, cuando empieza a practicar natación.

·      No nombra a sus dos hijas, sólo las menciona.

 

-  Carácter solitario:

  • Hijo único: Yo no tenía hermanos. Era hijo único. Y por eso sentí durante toda mi niñez algo parecido al complejo de inferioridad. Yo era un ser aparte en aquel mundo, carecía de algo que los demás poseían de la forma más natural. Durante toda mi infancia odié la expresión «hijo único». Cada vez que la oía, era consciente de que me faltaba algo. Estas palabras parecían un dedo acusador que me apuntaba, señalándome: «Tú eres un ser imperfecto». Que los hijos únicos fueran niños consentidos por sus padres, enfermizos y egoístas era una convicción profundamente arraigada en el mundo en que crecí. Se consideraba un hecho indiscutible de la misma especie que el de que, cuando se sube a una montaña, baja la presión atmosférica, o que las vacas dan leche. Yo detestaba con toda mi alma que me preguntaran cuántos hermanos tenía. Porque, al oír que ninguno, los demás pensarían en un acto reflejo: «Hijo único. Seguro que es un niño consentido, enfermizo y egoísta». Esta reacción estereotipada de la gente me irritaba, y no poco, y también me hería. Pero lo que en realidad me irritó e hirió durante toda mi niñez fue que todas esas ideas fuesen absolutamente ciertas”.
  • Gusto por deportes individuales.
  • Los cuatro años de la Universidad, sin pena ni gloria, acude a manifestaciones pero no se implica en las protestas sociales… Algunas novias, no mucho tiempo con ninguna.
  • La “tercera etapa” de su vida, 12 años desde su ingreso en la Universidad hasta la treintena, “sumido en desilusión, soledad y silencio (…) años gélidos. Más soledad (pág. 68)
  • Su primer trabajo en editorial de libros de texto, no le gusta, no comparte tiempo con compañeros…  “bebiendo y hablado solo”.
  • Vacaciones de verano en solitario.

 

-  Sobre las chicas/mujeres:

  • 1ª, Shimamoto, a los 12 años.
  •  2ª,  Izume (que significa “manantial”), a los 16 años.
  • 3ª, La prima de Izume, por la que siente un magnetismo especial. Motivo de su ruptura con Izume. Ella, 20 años; él 17. No recuerda nada de ella más que era única y que fue la primera con la que hizo el amor. Sólo vuelve a recordarla y a mencionar su nombre mucho después, cuando le llega una esquela de su muerte (pág. 96).
  •  4ª,  Una chica coja, estudiante de farmacia
  • 5ª, Otra coja, la del sobre de 100.000 yenes, cuando él tiene ya 28 años. Después sabremos que ésta era la misma Shimamoto.
  • 6ª, A los 30 se casa con una de 25, Yukiko. Nuevamente, como en los casos anteriores, se trata de una mujer corriente, no de esas que gustan a los hombres, que hacen que un hombre se gire a su paso… pero con ese “magnetismo”, con “algo hecho sólo para mí”.
  • Nuevamente también, como le ocurrió con Izume, vuelve a mostrase insensible ante su infidelidad durante el embarazo de su mujer: “algunas aventuras”… “sólo me acosté una o dos veces con cada una. A lo sumo, tres veces. A decir verdad, ni siquiera tenía una conciencia clara de ser infiel” (pág. 95).

 

-  Temas recurrentes:

  • La música:
- Conciertos de piano de Liszt, un disco con dos, uno por cada cara, sus preferidos.
- Oberturas de Rissini
- Pastoral de Beethoven y Peer Gynt
- Nat  King Coll y su tema “Pretend: Pretend you´r happy when you´re blue. It isn´t very har of to do” (“cuando estés triste, finge que eres feliz. No es tan difícil”).  El otro, South of the border, es el que da título al libro.
-  Bing Crosby
-  Jazz Club se llamaba “Robin´s Nest” (pág. 108)

  • El color rojo: en la ropa de las mujeres con las que sale o en las que se fija (la que perseguía llevaba una abrigo rojo… con la que charlaba en la guardería de sus hijas también conducía un coche rojo, o llevaba algo rojo…)
  • La lluvia:  Shimamoto aparece los días de lluvia. Lanzaron las cenizas de su bebé de sólo un día a un río con mucha corriente para que desembocara en el mar y de allí se convirtiera en lluvia. La novela termina con “alguien” que se le acerca por detrás y le deposita una mano sobre su hombro mientras él continua escuchando la lluvia.

 

 

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