Ed. S.M, Colec. Gran Angular, “Los libros de Gonzalo”, nº 2. Madrid, 2006, 6ª ed. 111 págs. |
¿Quién no ha soñado alguna vez con
colarse en el cuerpo de otra persona? ¿Quién no se ha sentido atraído por la
inmensidad del desierto? En El beso del
Sáhara una chica española y una joven saharaui intercambian sus vidas a
partir de un momento mágico, descubriendo un mundo desconocido por ellas hasta
entonces.
El autor, Gonzalo Moure, nació en Valencia y vive en Asturias desde niño. Ha trabajado muchos años como periodista y ha tenido una vida muy activa que se puede husmear en la entrevista que hay en las últimas páginas. Es un apasionado del Sáhara, país que ha visitado en múltiples ocasiones y al que ha cedido los beneficios de este libro para la realización de labores humanitarias. Además dice que se siente un poco beduino y que “la magia no se cree, pero tampoco se discute”. ¿Qué querrá decir con eso?
La novela nos zambulle en la forma
de vida de los campamentos de refugiados del Sáhara, a través de los ojos de
sus dos protagonistas, Marta y Nadira.
Con ellas sobrevolaremos el desierto en
avioneta, conoceremos la pobreza de estos campamentos y la serena sabiduría del
pueblo saharaui, contemplaremos los atardeceres de fuego sentados sobre una
duna en un inmenso mar de arena.
El paseo se completa con un viaje hacia el
interior de nuestras protagonistas, cuyo drama es observado por Rachid, un
joven militar del ejército saharaui que intenta descubrir de quién se ha
enamorado realmente aunque para ello tenga que viajar a España.
Este es un libro recomendado
especialmente para chicos y chicas entre 12-14 años que sueñen con
viajar a lugares desconocidos y sientan curiosidad por descubrir otras formas
de vida. Nos cuenta una historia fantástica, pero con escenarios reales y es
una buena oportunidad para acercarnos a ese continente desconocido que es
África.
VOCABULARIO:
Hasanía: dialecto árabe del Sahara.
Smara: es la única ciudad importante del Sáhara Occidental que no fue fundada por los españoles. En 1898, un jeque saharaui llamado Ma al-'Aynayn funda la ciudad en una zona rica en pastos y agua alejada de la costa, pero bien situada para controlar las caravanas que se dirigieran hacia el norte.Este jeque se nombra imán y combate a los españoles desde dicho año, resistiendo gracias a la ayuda del sultán de Marruecos hasta 1910. Ese año, el sultán retira su ayuda debido a las presiones francesas, de forma que el jeque ayudará a los combatientes antifranceses del sur de Marruecos. En 1913 Francia ocupa Esmara, destruyéndola casi completamente, y se la devuelve a España. La resistencia fue decreciendo hasta que termina en 1920.El Frente Polisario se fundó en Smara el 10 de mayo de 1973. Los marroquíes ocuparon la ciudad el 27 de noviembre de 1975, causando un éxodo de saharauis hacia Argelia para escapar de las represalias marroquíes por su apoyo al Frente Polisario. En su huida hacia Argelia, las fuerzas aéreas marroquíes utilizan napalm, fósforo blanco y bombas de fragmentación contra los refugiados. Amnistía Internacional ha estimado las bajas en casi 530.En 2005, la ciudad se convirtió en el escenario de graves protestas en contra de la ocupación marroquí. El 25 de mayo de 2005, la policía marroquí disolvió la Manifestación Pacífica en apoyo de la Independencia y el Frente Polisario en el marco de las nuevas Intifada en las calles de los principales núcleos urbanos del Sahara Occidental junto a las protestas pro-saharauis en algunos centros universitarios de Marruecos.Esmara da nombre a una de las cuatro wilayas en las que se estructuran los refugiados saharauis en Tinduf.
Wilaya: Un vilayato (en árabe ولاية wilaya; en turco y persa, vilayet; en húngaro: vilájet) es una subdivisión administrativa de algunos países musulmanes. La palabra suele traducirse por provincia o gobernación
El siroco o jaloque[1] es un viento del sudeste propio del mediterráneo. Viene desde el Sáhara y llega a velocidades de huracán en el norte de África y el sur de Europa.
Una hamada o hammada (en árabe, حمادة ḥammāda) es un tipo de paisaje de desierto pedregoso, caracterizado en gran parte por su paisaje árido, duro, de mesetas rocosas y con muy poca arena.[1] A las hamadas a veces también se les llama reg, aunque este término se refiere a una llanura pedregosa más que a una meseta.[2] La superficie de una hamada está compuesta por rocas planas cubiertas de grava de dimensiones mayores a los 6 centímetros.
FRASES:
“Eres afortunado (…)
Sólo los que oyen el ruido pueden valora el silencio” (pág. 91)
“El
silencio, para la gente que habita en la ciudad, es una ausencia; para los que
habitan el desierto, el silencio es como un amigo, una presencia” (pág. 91)
“Jamás
entenderé el empeño de los europeos en llenar las habitaciones de objetos”
(pág. 92)
“La
magia, ni se cree ni se discute” (pág. 96)
“Yo
había soñado durante años con las riquezas de Europa, y ahora, ante aquella
insignificante tetera (la tetera de una
cafetería en Madrid), perdida entre los largos dedos de un hijo de la nube,
tuve la fugaz sensación de que la riqueza era otra cosa, de que la tetera que
mi mente añoraba era la verdadera riqueza” (pág. 104)
“Como
dice el tópico, los saharauis tienen la ropa sucia y el corazón limpio” (pág.
108).
“Eres afortunado (…) Sólo los que oyen el ruido pueden valora el silencio” (pág. 91)
“El silencio, para la gente que habita en la ciudad, es una ausencia; para los que habitan el desierto, el silencio es como un amigo, una presencia” (pág. 91)
“Jamás entenderé el empeño de los europeos en llenar las habitaciones de objetos” (pág. 92)
“La magia, ni se cree ni se discute” (pág. 96)
“Yo había soñado durante años con las riquezas de Europa, y ahora, ante aquella insignificante tetera (la tetera de una cafetería en Madrid), perdida entre los largos dedos de un hijo de la nube, tuve la fugaz sensación de que la riqueza era otra cosa, de que la tetera que mi mente añoraba era la verdadera riqueza” (pág. 104)
“Como dice el tópico, los saharauis tienen la ropa sucia y el corazón limpio” (pág. 108).
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