See, Lisa: EL ABANICO DE SEDA

Viaje a un mundo asombroso, lejano y desconocido; retrato descarnado de la vida de unas mujeres extraordinarias que, estoy segura, deja una profunda huella en el lector; y en mi caso, un vínculo muy especial con mi "laotong", a la que me unen vibraciones comunes, risas y bonitas experiencias compartidos.

Dura historia, basada en las tradiciones ancestrales chinas, el patriarcado, la sumisión-esclavitud femenina, las relaciones afectivas (familia, amistad), y un códigos de lenguaje no verbal.

Y como siempre digo: mejor zambullirse de lleno en las páginas de la novela y dejar la película para el final. 

Sobre la autora: 

Lisa See (París, 18 febrero 1955)



MIS NOTAS DE LECTURA:


 Contextualización:

En la novela se sigue el calendario tradicional chino. El tercer año del reinado del emperador Daoguang, que fue cuando nació Lirio Blanco, corresponde a 1823. La rebelión taiping empezó en 1851 (los tres meses que pasa en las montañas) y terminó en 1864.

Nu shu:


Código secreto utilizado por las mujeres en una remota región del sur de la provincia de Hunan. Se cree que apareció hace mil años. Pare ser la única escritura del mundo creada y utilizada exclusivamente por mujeres.

El papel de la mujer en la sociedad de la época:

  • La mujer que más hijos varones tenía era la más importante del pueblo (pág. 140)
  • “Se nos considera completamente inútiles. Aunque nuestra familia natal nos quiera, somos una carga para ella. Cuando nos casamos, nos presentamos ante un hombre al que jamás hemos visto, nos acostamos con él  y nos sometemos a las exigencias de nuestras suegras. Si tenemos suerte, engendramos hijos varones y aseguramos nuestra posición en la casa de nuestro esposo. Si no, nos enfrentamos al desprecio de nuestra suegra, a las burlas de las concubinas de nuestro marido y a la cara de decepción de nuestras hijas. Recurrimos a artimañas femeninas (…), pero eso es lo único que podemos hacer para alterar nuestro destino. Vivimos para satisfacer los caprichos y placeres de los demás(…) Todo aquello era obra de mujeres –obra que los hombres consideran meramente decorativa- y se servían de ella para cambiar el curso de sus vidas” (pág. 157). Referido a cuando Flor de Nieve usa el ajuar de su madre para confeccionar el suyo y casarse con el carnicero.

  •  “Una verdadera dama no permite que la indignidad entre en su vida (…) y la belleza sólo se alcanza a través del dolor” (pág. 134).
  •   “Una verdadera dama debe eliminar la fealdad de su vida. La belleza sólo se consigue a través del dolor. La paz sólo se encuentra a través del sufrimiento. Yo te vendo los pies, pero tú tendrás tu recompensa” (pág. 275).
  •  “Aunque esté desesperada, debo conducirme en todo momento como una mujer educada” (pág. 158).
  •  “Para ser buenas hijas debemos obedecer (…) debemos recogernos en la habitación de arriba, ser castas, mostrarnos recatadas y perfeccionar las artes de las mujeres. Para ser buenas hijas debemos abandonar el hogar. Ese es nuestro destino. Cuando nos vamos a la casa de nuestro esposo, se abren ante nosotras nuevos mundos, a veces mejores y a veces peores “ (pág. 161).
  •   “Las niñas no eran más que ramas inútiles que no podían perpetuar el linaje de los padres” (pág. 110).
  •  “No hay nada más malvado que el corazón de una mujer (pág. 255 y más).
  • “Una mujer ha de dar ejemplo de decoro y sensatez en el reino interior. Si lo consigue, su conducta pasa de una puerta a otra, no sólo haciendo que las mujeres y los niños se comporten como es debido, sino inspirando también a nuestros hombres a convertir el reino exterior en un lugar seguro y firme para que el emperador vea paz cuando contempla su terriotrio desde el trono” (pág. 285).
  • “(…) viejo proverbio que advierte: una mujer sin sabiduría es mejor que una mujer con educación” (pág. 310).
  • Etapas en la vida de una mujer: “El curso de mi vida ha sido el normal: años de hija, años de cabello recogido, años de arroz y sal (esposa y madre) y, por último, de recogimiento (viudez)” (pág. 11).

Las tres obediencias y las cuatro virtudes:


“Entendía así mismo los dos ideales confucianos que gobernaban nuestra vida. El primero lo formaban las Tres obediencias. “Cuando seas niña, obedece a tu padre, cuando seas esposa, obedece a tu esposo; cuando seas viuda, obedece a tu hijo.” El segundo correspondía a las cuatro Virtudes, que definen el comportamiento, la forma de hablar, el porte y la ocupación de las mujeres: “Sé sobria, comedida, sosegad da y recta en tu actitud; sé serena y agradable en tus palabras, sé contenida y exquisita en tus movimientos; sé perfecta en la artesanía y el bordado”. Si las niñas no se apartan de esos principios, se convierten en mujeres virtuosas.” (pág. 33). 

El mundo exterior y el interior:

“Sabía que pasaría casi toda mi vida en una habitación como aquella. También sabía que la diferencia entre nei –el reino interior del hogar- y wai –el reino exterior de los hombres- constituía el núcleo de la sociedad confuciana. Tanto si eres rico como si eres pobre, emperador o esclavo, la esfera doméstica pertenece a las mujeres y la espera exterior a los hombres. Las mujeres no deben salir de sus cámaras interiores ni siquiera mediante la imaginación.” (pág. 33). 

El amor entre laotong:


“Yo le profesaba un amor mayor y más profundo que el que jamás sentiría por mi esposo. Ese es el verdadero significado de la relación de dos laotong” (pág. 147).
“Sólo ha habido una persona que me haya importando de verdad, pero me porté con ella peor que el peor de los esposos” (pág. 310)


Madres:


“En mi país llaman tenga i a esa clase de madres. Mi hijo me ha dicho que en la caligrafía de los hombres esa palabra está compuesta por dos caracteres. El primero significa “dolor”; el segundo, “amor”. Así es el amor maternal” (pág. 10).


Relación entre esposos:

  • “Obedece, obedece, obedece y luego haz lo que quieras” (pág. 266 y más).
  •  Era habitual el maltrato físico del esposo y la suegra hacia la esposa: "He perdido cinco hijos y todas las veces mi esposo me ha echado la culpa. Coge la frustración y la encierra en sus puños. Cuando necesita liberar esas armas, me pega" (pág. 257).

Relación con las suegras:

  • "Mis diminutos pies serían ofrecidos a mis futuros suegros como prueba de mi disciplina personal y mi capacidad para soportar dolores de parto y cualquier desgracia que pudiera sobrevenirme" (pág. 46)
  • “Mi deber como esposa era servir a mis suegros antes que a nadie. Eso no significaba sólo llevarles el té (…) lavarles las ropa o aceptar sus críticas con resignación. Servirlos significaba que debía apreciarlos más que a nadie, más que a mis padres, mi esposo o mis hijos” (pág. 222).
  •  “(…)Me hacía un corte en el brazo, como había visto hacer a mi madre, para añadir mi fluido vital a las gachas de arroz. Ése era el regalo más valioso que podía hacer una nuera” (pág. 223).
  •  Costumbre de no mirar a los suegros ni al novio el día de su presentación, sólo al suelo. Para ello cubría su rostro con un tocado de borlas que colgaban por delante a modo de velo.
  • “Falsa nuera”: no la vendan los pies, la venden a una familia extraña a la que no le importa no tener una nuera auténtica y se convierten además de criadas en meros objetos de satisfacción sexual para los varones de la casa.

Viudas:


Muchas viudas se suicidaban porque el suegro las vendía a otro hombre, obligándolas a separarse de los hijos, que se quedaban en casa de su padre (pág. 216)


El yin y el yan:

“Había que resignarse. Estábamos a merced de poderosos elementos y no podíamos hacer nada para adivinar nuestro destino. Eso se explica mediante el yin y el yan: hay hombres y mujeres, oscuridad y luz, pena y felicidad, todas esas cosas crean un equilibrio (…) No hay vida sin muerte. Ese es el verdadero significado del yin y el yan” (pág. 123).

 

Importancia de los maestros:

"Los clásicos nos enseñan que la relación del maestro y el alumno es la segunda más importante después de la del padre y el hijo" (pág. 220).


Costumbres:

  • Simbolismo del rojo: el papel del contrato entre laotong era rojo; envolver dinero en papel rojo; zapatos rojos para la boda; envolver a los niños en tela roja oscuro…
  • Diez días sin comer antes de la boda.
  •  carnicero es  considerada una actividad impura y repugnante.
  • “Período de purificación”: tras el parto, los esposos tenían que dormir separados 100 días (pág. 185).
  • Peinados en los años de “cabello recogido”: a los 15 años su peinado representaba un fénix, símbolo de que pronto se casaría. A los 17, se lo recogía al estilo del dragón, indicando que la joven estaba a punto de contraer matrimonio.
  • Lunares: “todo el mundo valora el pelo de sus lunares, pero los de tío Lu eran espléndidos. Tenía al menos diez pelos ásperos, blancos y de más de 3 centímetros de largo en cada lunar” (pág. 212).
  • Importancia de los horóscopos: caballo (ela y su laotong), rata (la suegra del Flor de Nieve), gallo (el carnicero)...
  • Las consultas al adivino: para calcular el momento propicio para una boda, para el vendado...


Fiestas y ritos:


  • “El Día de los Lamentos”: la madre se colocaba en el 4º escalón, arrodillada en el 3º peldaño de la escalera que conducía a la habitación de las mujeres y canta  a la hija casadera.
  •  Fiesta del Otoño
  •  Fiesta de la Brisa
  • Fiesta de la Primavera.
  • Rito de Elección de Pretendiente.
  • Rito de Sentarse y Cantar en Habitación de Arriba.
  • Día de Espantar los pájaros.

Expresiones:

-      “Un par de patos mandarines”, para expresar la felicidad de una unión.

-      “El fénix grazna”

-      “Los espíritus celestiales nos unieron”

-      “Lotos dorados” (pies vendados, de unos 7 cm)

-      “No recojas flores silvestres” (pág. 216), eufemismo dirigido al esposo para suplicarle que no se enamore de otras ni traiga concubinas a la casa.


Vocabulario:

  • Laotong: En la antigua China las mujeres jóvenes se unían o como hermanas de juramento o como almas gemelas o laotong que significa "antiguamente lo mismo o espíritus hermanados".
  • Carabao: es una subespecie doméstica del búfalo asiático (Bubalus bubalis). Animal típico de Filipinas, es el animal símbolo del país y también de Guam, isla donde estos animales fueron llevados en el siglo XVII por los españoles.
  • Palanquín: especie de silla o litera usada en oriente para llevar en ella a las personas importantes.
  • Mandarín: conjunto de dialectos chinos. Antiguo funcionario de China y otros países asiáticos.
  • Taro: bulbo comestible en distintas partes del mundo (cará en Brasil, malanga en Puerto Rico, R. Dominicana y Cuba,  o ñame en las Canarias).

Finalidad de la obra:

  • Al principio de la novela ya aclara: “Escribo estas páginas para los que residen en el más allá. Peonía, la esposa de mi nieto, ha prometido encargarse de que las quemen tras mi muerte, para que mi historia llegue hasta ellos antes que mi espíritu. Quiero que mis palabras expliquen mis actos a mis antepasados y a mi esposo, pero sobre todo a Flor de Nieve, antes de que me reúna de nuevo con ellos” (pág. 12). Una manera de purgar su pena.
  • El final es una manifiesta petición de perdón por los errores cometidos: “Durante cuarenta años el pasado sólo ha suscitado arrepentimiento en mí. Sólo ha habido una persona que me haya importando de verdad, pero me porté con ella peor que el peor de los esposos. Si los muertos tienen las mismas necesidades y los mismos deseos que los vivos, espero que me oigan Flor de Nieve y los otros que lo presenciaron todo.Escuchad mis palabras por favor. Os ruego que me perdonéis" (pág. 311).

Lagunas en la narración:

  • Hay personajes que quedan desdibujados  y/o olvidados, como la Hermana Mayor, que desde que volvió a casa, recién casada, lamentándose por el mal trato recibido en casa de su esposo, no vuelve a mencionarse.
  • Algo parecido ocurre con Hermana Segunda y los Hermanos, a excepción del Primero, del que dice que se casó y regentó la casa paterna, ayudado por su tío a la muerte de sus padres.
  •  Los dos únicos a los que dedica más tiempo es a su prima Luna Hermosa y su Hermana Tercera, con sus respectivas muertes; y a la vida desgraciada de sus tíos, que, en su última etapa consiguen la felicidad, él asesorando a Hermano Mayor y ella rodeada de niños, como siempre quiso.
  • Igualmente se detiene muy poco en la relación con sus padres, aparte de mencionar que con él dejó de tener contacto el día que le vendaron los pies y a ella retratándola desde el principio como una mujer fría, casi vacía de sentimientos maternales y muy calculadora.
  •  Menos aún habla de sus esposo y sus propios hijos. Conocemos más de la hija de Flor de Nieve que de los suyos. Consciente de ello, quizá, sale al paso, al final de la obra, diciendo que “todo eso está en mi autobiografía oficial” (pág. 309).

Araceli Glez. Ramírez.

2 comentarios:

  1. Por la parte que me toca, solo puedo decirte que:"los espíritus celestiales nos unieron", y ese vínculo que que nos hizo descubrir que somos laotong, fue este precioso libro.
    Te quiero Flor de Nieve

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