García Jambrina, Luis: EL MANUSCRITO DE PIEDRA

Ed. Punto de lectura, 2008
320 págs.

Novela de Luis García Jambrina (Zamora, 1960), antiguo profesor de Literatura, doctor de Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y profesor titular de la misma.

El manuscrito de piedra  -primera parte de una tetralogía que va por su segunda novela, El manuscrito de nieve-,  recibió el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2009

Ha sido traducida a varios idiomas y fue el libro más vendido en la Feria del Libro de Salamanca cuando se publicó.

A través de su protagonista, un personaje real, Fernando de Rojas, el autor de La Celestina-  y con una prosa amena y sencilla, cargada de referentes literarios, el autor nos traslada al  siglo XV, al final de la Edad Media y primeros albores del Renacimiento español.

Conocemos a un Fernando de Rojas,  en su época de estudiante de Leyes de la Universidad de Salamanca y judío converso, inmerso en una intrigante trama, al verse forzado a investigar el asesinato de un dominico catedrático de Teología, conduciéndonos por el laberinto medieval de una Inquisición implacable e interesada, el emergente Humanismo, las intrigas palaciegas y políticas del momento, la situación de los judíos, conversos y cristianos viejos, con una Salamanca oculta, mágica, real y legendaria, como telón de fondo.


RESEÑAS DE PRENSA:

«Una novela que respira y transpira inteligencia sin hacer alarde de ella. La mejor novela del año.» Tino Pertierra, La Nueva España

«Resulta difícil, cuando se va leyendo esta buena novela, no pensar en El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y lo digo para resaltar sus cualidades, ya que el italiano dio un giro muy inteligente a la novela histórica.» J. M. Pozuelo Yvancos, ABC Cultural

«García Jambrina convierte en éxito un thriller con Fernando de Rojas como personaje.» Miguel Ángel Villena, El País

«El manuscrito de piedra combina a la perfección la estructura clásica de novela detectivesca con un conocimiento que se percibe real, profundo y reposado del ambiente salmantino del primer Renacimiento y de la literatura de la época.» Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia

«Un escenario y una época que sostienen una trama negra al mejor estilo Arthur Conan Doyle.». Paula Corroto, Público


MIS NOTAS:

“Quod natura non dat, Salmantica non praestat” (pág. 175)

Óbelo/obelo/óbolo, en relación con el arañazo horizontal en la mejilla izquierda de los cadáveres y la moneda en la boca: “En cuanto a la marca, acabo de recordar que en griego existía una variante de la palabra óbolos (de la que, como sabéis, procede la castellana óbolo, a través de la latina obolus, y de pasada os señalo su parecido con diabolus, del griego diabolos), con la que se denominaba, en la época helenística, un signo utilizado por los filólogos alejandrinos en las anotaciones de textos antiguos; se trata del vocablo obelos, en latín obelus, que en castellano ha dado óbelo u obelo. Este signo consistía en un trazo horizontal, en el margen izquierdo del manuscrito, que servía para señalar una línea espuria o una interpolación falsa en las obras de Homero, y luego, por extensión, en las de otros autores. Así pues, parece que nuestro criminal nos está diciendo, una vez más, que sus víctimas son espurias, falsas o degeneradas y, por lo tanto, merecedoras de la muerte más ignominiosa” (pág. 215-6). (…) “Así, el rasguño en la cara puede ser el signo alejandrino para indicar la falsedad de un texto o la famosa marca del Diablo, mientras que la moneda en la boca de la víctima puede verse como el óbolo para Caronte o como una afrente a Nuestro Señor Jesucristo, o las dos cosas al mismo tiempo”. (pág. 216).

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