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Ed. B, 2020. 608 págs. |
La autora:
María Montesinos adoptó dicho seudónimo de su abuela, quien la inició en la novela romántica, debido a que no sabía si seguiría escribiendo este género y porque ya existía en el ámbito otra mujer con su mismo nombre.
Se licenció en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó en medios de comunicación dedicados a viajes, salud natural y bienestar. Más adelante se decantó por la comunicación social, específicamente en el sector de las ONG, donde colabora como freelance.
La obra:
"El mundo está cambiando y nadie podrá impedirlo. Una sociedad se resiste al fin de una época. Una mujer busca su propio destino".
Ambientada en las dos últimas décadas del siglo XIX, un momento histórico decisivo en España, el de la Restauración borbónica, Un destino propio nos habla de aquellas primeras mujeres valientes que se atrevieron a alzar la voz contra una sociedad que se negaba a escucharlas.
Mujeres como la de la protagonista, Micaela Moreau, que con sus 28 años, ya una solterona para la época, recién terminados sus estudios de magisterio y al cargo de una madre enfermiza venida a menos, es invitada por su tía a pasar el verano de 1883 con su familia en Comillas, uno de los pueblos más elegantes y señoriales de la costa cántabra, que la adentrarán en la aristocracia santanderina, aunque sus inquietudes la llevarán a contactar también con la gente del pueblo, la trabajadora, sometida y desfavorecida.
Es allí donde coincide con Héctor Balboa, un indiano que acaba de regresar de Cuba tras amasar una gran fortuna y está construyendo una escuela para los hijos -y no las hijas- de los aldeanos.
Micaela empieza entonces su empeño para que las niñas puedan igualmente recibir la educación que merecen y necesitan, al tiempo que entre ella y Héctor va surgiendo una peculiar atracción, a pesar de las grandes diferencias existentes entre ellos.
Entre tanto, las dificultades de la vida rural, en contraste con la de alta sociedad, entre palacetes, fiestas, bailes...; los abusos de los mayorazgos, los matrimonios concertados, la esclavitud en las colonias y los inicios de los altos hornos del Nervión, son otros temas que aliñan la narración.
Alusiones a hechos reales y personas influyentes de la época:
- Asociación para la enseñanza de la mujer: institución en la que estudió Micaela, fundada en 1870 por el pedagogo Fernando de Castro, con el fin de ofrecer a las mujeres españolas de clase media la oportunidad de tener acceso a una enseñanza académica y científica eficaz, de la cual habían carecido hasta ese momento. El equivalente en femenino de la ILE. La ideología de la asociación estuvo marcada por la doctrina krausista de origen alemán, que defendía la instrucción y formación de las mujeres, al considerar a mujeres y hombres iguales desde el punto de vista de la naturaleza y del derecho, aunque no desde el punto de vista de sus funciones.
- Institución Libre de Enseñanza (ILE): fundada en 1876 por un grupo de catedráticos (entre los que se encontraban Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral. Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de las fronteras españolas.
- Concepción Arenal: Colaboradora y socia de la Asociación para la enseñanza de la mujer, mencionada repetidamente en la obra por la protagonista; junto con Emilia Pardo Bazán son sus dos grandes referentes intelectuales. "Por fin podría leer y estudiar las ideas, no solo de doña Concepción Arenal, sino también del grupo de catedráticos e intelectuales que colaboraban con la Institución Libre de Enseñanza y defendían los postulados krausistas en favor del progreso, la igualdad y la promoción cultural de la mujer y de las clases trabajadoras" (cap. 1).
- Emilia Pardo Bazán: "Aspiro, señores, a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio; que sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podrá construir o no construir; que la felicidad y dignidad personal tiene que ser el fin esencial de su cultura, y que, por consecuencia de este modo de ser mujer, está investida del mismo derecho a la educación que el hombre" (fragmento de su discurso en el Congreso Pedagógico Internacional, 1882, con el que arranca la novela).
- "Supo de oídas de la presencia relámpago de Menéndez Pelayo entre los congresistas. A quien sí vio fue a don Francisco Giner de los Ríos rodeado de una cohorte de discípulos. Tuvo la ocasión de escuchar el discurso remitido por doña Concepción Arenal que, debido a su avanzada edad, no se vio con fuerzas para emprender viaje a Madrid desde Vigo, y aun así, sus afirmaciones fueron tan certeras como siempre. Y mantuvo una enriquecedora conversación con don José María Pontes, profesor de la Asociación de la Enseñanza de la Mujer y presidente de la sección primera, dedicada a la enseñanza primaria y en la que abordaron temas que le atañían a ella directamente.
- "Y... ¿pudo usted preguntarle sobre la posibilidad de que yo asista a la conferencia que organiza sobre Charles Darwin en el Museo de Ciencias Naturales? (...) Me temo que no va a ser posible, señorita Moreau. Los catedráticos del museo son muy estrictos ene se sentido y no miran con buenos ojos presencia de señoritas en sus dominios (...) Ya me gustaría decirle que sí, pero créame que no es posible. Este evento ha generado mucha polémica no solo en determinados círculos políticos sino también entre los propios investigadores del museo, debido a la teorías anticatólicas del señor Darwin. Es más que probable que suscite un agrio debate poco apto para señoritas como usted. Y, por otra parte, ciertos catedráticos consideran que el ambiente científico del museo no es ni adecuado ni conveniente para la sensibilidad femenina" (cap. 1).
- Construcción del Capricho de Gaudí, en Comillas: "El señor Gaudí nunca ha venido por aquí. (...) No les puedo mostrar la distribución interior de la residencia (...) pero está proyectada para que el movimiento del sol acompañe la vida de sus habitantes, al igual que hacen los girasoles (alusión a los azulejos de girasoles de la fachada). La luz del amanecer entre en la habitación principal, situada en el ala este y de ahí se desplaza a lo largo de la mañana hasta el estudio-despacho. Durante la tade la luz dará en el salón principal, que acogerá las veladas musicales, y ya al anochecer, la vida se traslada al cenador y la sala de fumar, que se enxuentran en el ala oeste.El señor Gaudí es un entusiasta de la integración de la naturaleza en la arquitectura". (capítulo 14).
"Nunca renuncies a tu libertad, ma chèrie. Nadie puede ser dueño de nadie, nadie puede regir el destino de nadie. Solo tú eres dueña de tus pensamientos, tus actos y tu destino. No dejes que nadie te quite eso"
ResponderEliminarUn libro que refleja muy bien a esas mujeres que decidieron alzar la voz frente a una sociedad que se niega a escucharlas.
Novela de lectura bastante fluida, enmarcada en un momento histórico de cambios.
Frente a mis absurdos prejuicios que a veces me ciegan con toda aquella novela de tintes románticos, me ha gustado bastante.