Molins, Jorge: LA REINA SOLA

Ed. Planeta, 620 págs.
"Dante Alighieri expresa la admiración que le causaron los hechos protagonizados por Pedro -III de Aragón, "El Grande", hijo de Jaime I- diciendo de él, en la Divina comedia, que atesoraba todas las virtudes. Valga esta novela, y la anterior -Cación de sangre y oro-, para reivindicar a este personaje y a su esposa Constanza" (entrecomillado del propio autor en su apartado ANEXOS de la novela, págs. 593-4)

Sobre el autor:

Jorge Molist (Barcelona, 1951) 

La obra:

Siglo XIII, novela histórica, en la que se narran las hazañas de Pedro III  de Aragón, "el Grande" y su esposa Constanza de Sicilia; sus luchas, unas defensivas, otras expansivas, contra los Anjou de Francia, los angevinos, bajo la protección del papa Martín IV,  por sus territorios de Aragón, Sicilia, Nápoles, costa Mediterránea, Baleares, Malta-Gozo y norte de Túnez, entre otros.

A pesar del título, la austera Constanza, recién proclamada reina de la reconquistada Sicilia, arrebatada anteriormente por los franceses a su padre Manfredo y, por tanto, su legítima heredera, no es la verdadera protagonista de la trama, quedando más bien como una más de los personajes principales de la misma: Pedro III, sus hijos Alfonso y Jaime; Macalda, la baronesa de Ficara y su esposo Alaimo de Lentini; el almirante Roger (hermano de leche de la reina Constanza) y las mujeres almogávares.

Ella queda, como reza en el título, "sola" al cargo de una tensa, convulsa y conspiratoria situación en el interior de la isla, mientras su flamante esposo acude a un duelo-trampa en Burdeos, al que ha sido retado por el mismo Carlos de Anjou, cita que no puede eludir por motivos de honor. a pesar de las súplicas de su esposa y demás consejeros para que no lo haga. 

A partir de ahí y lo largo de 136 cortos capítulos, repartidos en tres partes, se van alternando narraciones y escenarios:  la 1ª persona, que se reserva para la  propia Constanza, desde Mesina principalmente; y la 3ª del resto de personajes, desde los distintos dominios y enclaves de las coronas francesa y aragonesa: el rey Pedro, el almirante Roger , las almogávares Suria y Beatriu;  Macalda y su esposo,  los reyes Felipe III (cuñado de Pedro, al estar casado con su hermana Isabel de Aragón), su hijo Felipe IV de Francia y los consejeros de unos y otros, caballeros y cargos eclesiásticos y papales.

Según palabras del propio autor en el apartado final de biografía, 8 años fueron los que invirtió en una exhaustiva documentación, tiempo que dedicó también a recorrer los escenarios recreados:
"Después de trabajar ocho años en esta novela y la anterior y perseguir activamente toda la información posible sobre la época, creo que conozco bastante bien tanto los hechos como a sus protagonistas. Dice Paloma, mi esposa, que he convivido más con Constanza que con ella y con Pedro más que con mis hijos. Y aunque la documentación es muy importante, pienso que también lo es viajar a los lugares, imaginarlos en la época y sentir su vibración".

A lo largo de la narración se alude a ilustraciones detalladas que abren y cierran la obra, entre las que se incluyen mapas de reinos, escenarios bélicos, rutas, viajes, así como embarcaciones de la época, ayudándonos a ubicar geográfica e históricamente la sucesión de los hechos narrados.

Desde mi punto de vista, el valor es precisamente este, el histórico

Por otra parte, la reiteración de batallas, naves enfrentándose en el mar, tropas almogávares lanzadas cruelmente al combate de "sangre y fuego" al grito de ¡Au, Au, Aragón, desperta, ferro!... han llegado a saturarme. Es verdad que aquella fue la historia de una época de luchas constantes entre reinos por conservar/arrebatarse territorios; y que el mérito del almirante Roger, siempre vencedor frente a los franceses, pese a encontrarse en inferioridad numérica de recursos materiales y humanos es indiscutible; pero la profusión de detalles que se repiten en el relato épico de cada una de las batallas (el acecho, el factor sorpresa y demás estrategias bélicas para el ataque -como hacer que el adversario tuviera el sol de cara- el cuerpo a cuerpo, la celebración de la victoria...) es lo que más pesado me ha resultado.

El resto de la trama lo componen las conspiraciones caballerescas, la influencia -más bien, el poder- de la iglesia en las decisiones regias, las rivalidades-envidias dentro de la corte y, cómo no, el amor, los distintos tipos de amor: el amor cortés, el platónico, el maternal y -en el caso del almirante y las almorávides- el "ménage à trois" (toda una muestra de relación abierta en pleno siglo XVIII). Esto, junto con expresiones de la almogávar Suria -como "¡Vete a la mierda!"; una que ha leído algunas obras medievales en castellano antiguo, incluyendo la Celestina, icono del leguaje más soez, no la ubico en la época - me han chirriado por su anacronismo.

Una cita final para ilustrar los tipos de amor que el propio Pedro III profesa a Constanza en su últimas misiva-despedida, ya a las puertas de la muerte:

(...) "Os amaba con el cuerpo, con la pasión primitiva de varón a hembra, os amaba con el alma, como caballero a su dama, y Dios, nuestro señor, quiso concederme el tercero de los amores, el del corazón, que surgió espontáneo, del cariño. Nadie ha podido amar, señora, como yo os he amado".



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